Nueva ola de violencia contra los cristianos en Lahore (Paquistán)

De nuevo otra acusación por supuesta blasfemia ha desatado una ola de violencia contra los cristianos: el pasado sábado, 178 casas de cristianos en la “Joseph Colony”, en el distrito de Badami Bagh fueron incendiadas por una turba de exaltados. Un suceso que recuerda otra “razzia”, la que se produjo en Gojra en 2009, cuando seis cristianos fueron quemados vivos y 140 casas dadas a las llamas.

En este caso, una multitud de unos 3.000 musulmanes exaltados irrumpieron en la “Joseph Colony” después de la oración de la tarde, dispuestos a linchar a cristianos en respuesta por la supuesta blasfemia cometida por el joven cristiano Savan Masih. Según los cristianos locales, la acusación de blasfemia es completamente falsa. Casi doscientas familias con sus mujeres y niños tuvieron que huir para evitar un linchamiento.

Así lo informa hoy la agencia vaticana Fides, en contacto con las comunidades locales. La agencia informa también de que ayer, la policía cargó contra una manifestación pacífica de cristianos en Lahore, que protestaban por estos hechos. Al parecer, la policía dispersó a los manifestantes con gases lacrimógenos y golpes, con la excusa de que era una manifestación no autorizada. De los chicos y jóvenes cristianos presentes, reunidos en Ferozepur Road, a dos les rompieron las piernas y cientos de manifestantes fueron arrestados.

Las comunidades cristianas locales están viviendo con tensión y miedo esta situación. De hecho, según Fides, las escuelas cristianas han cerrado hoy sus puertas, mientras que se organizan otros actos pacíficos de protesta. Entre ellos, una vigilia de oración y un sit-in pacífico frente a la sede de la Asociación de la Prensa. Entre los fieles con velas encendidas, estaba el Arzobispo de Karachi, Joseph Coutts, presidente de la Conferencia Episcopal y el obispo Sebastián Francis Shaw OFM, Administrador apostólico de Lahore.

Los prelados han pedido al gobierno que garantice la seguridad de los cristianos, mientras llaman a estos a la calma. Hoy también, el Tribunal Supremo del país ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos, mientras que el ministro para la Armonía Paul Bhatti, hermano del asesinado Shahbaz Bhatti, pide “una investigación transparente” y “la inmediata detención de los culpables”, así como “un esfuerzo colectivo para promover la armonía y detener la intolerancia creciente”.

Otros líderes religiosos y políticos musulmanes han mostrado su apoyo a la minoría cristiana y han repudiado los hechos. Por otro lado, la Comisión “Justicia y Paz” de los Obispos católicos de Pakistán, en un comunicado enviado a la agencia informativa vaticana, han acusado directamente al gobierno del Punjab y a la policía como “responsables de la violencia contra los cristianos”.

El gobierno provincial es responsable –afirma la nota – porque “ha ignorado la situación de las minorías y la creciente intolerancia religiosa fomentada por los grupos extremistas”. Si los gobiernos provinciales y federales “hubiesen introducido garantías jurídicas y reformas administrativas, la tragedia del sábado se podría haber evitado”.

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