El cardenal Dolan y el sentido del humor

Una vez escuché al cardenal Timothy Dolan en un encuentro de oración en Los Ángeles. Realizó un caluroso y enérgico discurso sobre la Escritura en el que exhortó a los profesionales de los medios de comunicación a comprometerse en la Nueva Evangelización con pasión, celo, humanidad y buen humor.

Purpurado genial y muy sociable, escuchaba a los presentes con gran atención, haciendo chistes divertidos y a la vez escuchando las peticiones de oración con gran atención, charlando con viejos amigos y realizando nuevos. En Los Ángeles conocí a un pastor que te desarmaba con su sentido del humor pero a la vez comprometido en la transmisión de un mensaje dinámico y ortodoxo.

Timothy Dolan nació y creció en el corazón de América –en la católica ciudad de St. Louis, Missouri. El mayor de cinco hermanos, fue al seminario menor y estudió un bachillerato en Filosofía en el Cardinal Glennon College, un seminario en la archidiócesis de St. Louis. Luego fue mandado a estudiar en el Colegio Pontificio Norteamericano de Roma y en el Angelicum, donde se licenció en Teología sacra. Después de un periodo como párroco, inició un doctorado sobre la historia de la Iglesia Católica americana en la Catholic University de América. Enseñó en varios seminarios, llegando a vicerrector de su propio seminario antes de ser nombrado Rector del Colegio Norteamericano. Durante su estancia en Roma enseñó en el Angelicum y en la Universidad Pontificia Gregoriana.

El Papa Juan PabloII lo nombró obispo auxiliar de St. Louis en 2001 y arzobispo de Milwaukee, en Wisconsin, un año después. La archidiócesis vivía un momento difícil a causa de un liderazgo poco decidido y de los escándalos en los que estaban implicados los sacerdotes. Dolan jubiló a los sacerdotes problemáticos e intentó levantar la archidiócesis, pero tras siete años fue destinado a servir a los 2’5 millones de católicos de New York, la segunda sede más grande de los Estados Unidos después de la de Los Ángeles.

¿Podría el jovial arzobispo de New York convertirse en el primer Papa americano? Dolan tiene buenas credenciales y buenos contactos. John Allen corresponsal vaticano desde hace mucho tiempo para el National Catholic Reporter, afirmó que muchas de sus reuniones con los cardenales comienzan siempre con una alegre anécdota sobre el carismático Dolan. 

La afabilidad y aguda inteligencia del cardenal Dolan concuerdan perfectamente con la necesidad de comunicar la fe de un modo eficaz. Relajado y alegre ante las cámaras de TV, sorprende a sus entrevistadores con su forma de ser expansiva y bonachona. Transmite la fe católica con un dinamismo optimista, buen humor y al mismo tiempo una gran profundidad. Pero en Dolan no todo son bromas y anécdotas: ha plantado cara al mismo presidente Obama en la controversia sobre la financiación de la contracepción y el aborto. A nivel internacional, Dolan surge como un guerrero amado y feliz, contrastando con la tímida gentileza del Papa Benedicto XVI, estudioso amante de los libros.

Comparándolo con otros candidatos, Dolan carece de “solemnidad”, sus resultados académicos son adecuados pero no excelentes. Ha escrito una docena de libros, pero son, sobre todo, obras pastorales y devocionarios. No es ni el filósofo que fue Juan Pablo II, ni el teólogo de fama internacional que ha sido Benedicto XVI. Su experiencia fuera de los Estados Unidos es muy limitada, y esto se refleja en su escasa capacidad de hablar lenguas extranjeras. Frente al cardenal canadiense Ouellet, que es un respetado teólogo, y que fue misionero en América Latina además de hablar correctamente seis idiomas, ciertamente Dolan no destaca.

En cualquier caso, los papas no se eligen sólo por sus títulos académicos o sus habilidades lingüísticas. La cuestión principal no es “¿Cómo es su currículum?” sino “¿Qué buscan todos los cardenales que se están reuniendo en Roma?” Si buscan un brillante comunicador con la personalidad y el vigor para ser un dinámico evangelizador global, entonces Dolan podría ser la persona adecuada. Si les preocupa la falta de “solemnidad” académica, se podría decir que la Iglesia ha tenido a un filósofo hábil y a un genial teólogo y ahora necesita alguien que comunique esta verdad con energía, celo, humanidad y también alguna carcajada. De nuevo, Dolan podría ser la elección más acertada.

[Este artículo es una versión reducida de una contribución publicada en el Catholic Herald de Londres, y traducida/adaptada por Aleteia.
El padre Dwight Longenecker es párroco de Nuestra señora del Rosario en Greenville, Carolina del Sur (Estados Unidos)]