Catequesis de hoy del Papa sobre el CredoLa omnipotencia de Dios no es la del poder del mundo, sino la de la entrega total, la de responder al mal con el bien, a los insultos con el perdón, “al odio homicida con el amor que da la vida”. Son las reflexiones del Papa hoy, en la audiencia general, al proseguir su reflexión sobre el primer artículo del Credo, “Creo en Dios Padre Todopoderoso”
La omnipotencia divina se expresa por tanto “en el amor en la misericordia, en el perdón, en la incansable llamada a la conversión del corazón, en una actitud que es débil sólo en apariencia”. Sólo quien es de verdad fuerte puede soportar el mal y mostrarse compasivo y ejercer plenamente la fuerza del amor.
El Papa afirmó que comprender hoy que Dios es Padre no es fácil: hoy no es fácil hablar de la paternidad, pues sobre todo en el mundo occidental, hoy muchos factores dificultan una relación serena y constructiva entre padres e hijos; por ejemplo, citó el fracaso familiar, las obligaciones del trabajo cada vez más absorbentes, las preocupaciones y a menudo el tener que llegar a fin de mes.
Si faltan modelos de referencia adecuados, puede resultar problemático imaginar a Dios como Padre, reconoció el Papa. Las Escrituras, sin embargo, “nos hablan de un Padre que nunca abandona a sus hijos, de un Padre amoroso que sostiene, ayuda, acoge, perdona, salva, con una fidelidad que sobrepasa inmensamente la de los hombres, y que se abre a dimensiones eternas”.
“El amor de Dios Padre nunca se agota, no se cansa de nosotros”, afirmó el Papa: este amor nos permite afrontar todos los momentos de dificultad y peligro sostenidos por la confianza en que Él “no nos deja solos sino que está siempre cerca, para salvarnos y llevarnos a la vida eterna”.
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