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Los cristianos en Reino Unido, empleados de segunda clase

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Aleteia Team - publicado el 14/01/13
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Un fallo del TEDH permite discriminar a los cristianos en sus lugares de trabajo

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El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha resuelto que el Reino Unido no violó la Convención Europea de Derechos Humanos en tres de cuatro casos de cristianos que se sintieron discriminados en el trabajo a causa de su religión.
 
En estos cuatro casos, los empleados cristianos (Nadia Eweida, Shirley Chaplin, Lillian Ladele y Gary McFarlane) fueron sancionados por sus superiores e incluso perdieron sus trabajos por su compromiso con su fe y su conciencia (casos nº 48420/10, 59842/10, 51671/10 y 36516/10).
 
Eweida y Chaplin llevaban una pequeña cruz colgada al cuello.
Ladele se negó a registrar una pareja del mismo sexo.
Y al consejero matrimonial Mc Farlane le echaron del trabajo por compartir con sus superiores sus dudas morales sobre  sus capacidades personales para aconsejar a parejas del mismo sexo.
 
El Tribunal solo encontró una violación en el caso de la señora Eweida porque otros empleados sí que podían llevar símbolos de otras religiones.
 
En los casos casos de Chaplin, Ladele y McFarlane, el Tribunal decidió que no se había violado el derecho a la libertad religiosa.
 
El TEDH se basa en “el margen de apreciación” del Estado para justificar sus decisiones, considerando que no es desproporcionado despedir a un empleado por negarse a quitarse una pequeña cruz  (en el caso de Shirley Chaplin), por rechazar asumir un nuevo deber profesional (celebrar uniones entre personas del mismo sexo), caso de Lillian Ladele, o por exponer a sus jefes dudas morales sobre el consejo a parejas del mismo sexo (caso de Gary McFarlane).
 
Hay que recordar que Shirley Chaplin llevaba ya desde hacía  años la cruz en el cuello cuando trabajaba y nunca nadie le había dicho nada; mientras que Gary McFarlane solo planteó cuestiones morales al tratar con parejas del mismo sexo.
Respecto a Lillian Ladele, trabajaba en el registro antes de que esta ley se aprobara; es más: nunca aceptó esta responsabilidad y podría haber cambiado fácilmente a otro puesto de trabajo.
 
 
El Centro Europeo por la Ley y la Justicia (ECLJ) mostró su grave preocupación por esta decisión de la Cuarta Sección del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y desea que estos casos se remitan al Tribunal Superior.
 
Para su director, Grégor Puppinck, “lo más inaceptable de todo este asunto es que se considere proporcional el despido de los empleados a la necesidad de hacer cumplir al empleador “las políticas de igualdad y diversidad” que están dirigidas a luchar contra la discriminación sexual, racial y religiosa”.
 
“¿Cómo puede considerarse proporcional el despido de un empleado cuando era más fácil para el encargado recolocarlo en otro puesto y con otras tareas?”, pregunta.
 
En su opinión, “el rechazo de los encargados a recolocar a los empleados no es más que una sanción ideológica que significa que, por principio, no hay lugar para “cristianos intolerantes” en el grupo de trabajo”.
 
“Muchas democracias occidentales han elegido la promoción del modelo de “reajustes razonables” para permitir que una sociedad heterogénea pueda convivir en el respeto mutuo, pero esta no es la opción que se ha elegido”, declaró.
 
Con esta sentencia, el tribunal “ha elegido la imposición monopólica de la ideología postmoderna sobre las conciencias individuales y las creencias religiosas, en lugar de elegir una forma mas plural y respetuosa de la diversidad”.
 
“Estas decisiones son un ejemplo perfecto de lo que el Papa Benedicto llamó “la dictadura del relativismo”, una sociedad en un consenso de moralidad donde no hay lugar para los que continúan teniendo  un juicio moral de la conciencia”, señaló en un comunicado.
 
El ECLJ intervino como tercera parte (amicus curiae) en los procedimientos ante el TEDH en dos de los casos ( Ladele v.Reino Unido y McFarlane v. Reino Unido) y presentó observaciones escritas ante el Tribunal.
El director del ECLJ participó también en la audiencia como asesor en el caso de Nadia Eweida.
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