La Cuaresma está llegando a su fin.
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¿Qué le da sentido a tu vida? 3 cosas muy sencillas.
El silencio, la oración, y la presencia de Dios.
El silencio porque te permite elevar tus pensamientos a Dios.
Con tanto ruido a nuestro alrededor es difícil estar en contacto con Dios. Piensas en el Paraíso y miras a tu alrededor. En un instante estás de vuelta en lo temporal, deseando los bienes y servicios que este mundo te ofrece.
¿Buscas honores? Hay una canción que la película sobre la vida de san Felipe Neri que me encanta. El coro repite: “Paraíso, Paraíso, yo prefiero el Paraíso”.
Yo prefiero el paraíso a los bienes de este mundo que no duran nada, que ocasionan tantos conflictos y nos llenan de odios y resentimientos. Sí, prefiero el Paraíso.
Trabajo, hago lo que debo, al menos trato, me equivoco más de lo que quisiera, pero tengo mi corazón en el Paraíso. Es genial vivir así, porque te permite soñar con la eternidad. Bien dice la santa Biblia que “Donde esté tu tesoro allí también tu corazón”(Mt 6, 21)
Mi gran tesoro es la vida eterna, porque allí podré estar con Dios. Mi sueño es verlo decirle que le quiero. Ya sé, dirás que soy un católico ingenuo. Y te creo. Pero no puedo evitarlo. Conocer a Dios es una necesidad que he tenido desde niño.
Lo busco para conocerlo y conociéndolo sé que no podré más que amarlo.
Conocí el caso de un joven que moría de un terrible cáncer. Un sacerdote le visitó para confesarlo y al verlo tan sereno le preguntó:
“¿No tienes miedo?”
El joven sonrió amablemente y respondió.
“Padre, toda mi vida he querido ver a Dios, ahora que estoy por lograrlo, ¿cree usted que tengo miedo? Al contrario, anhelo ese encuentro, lo deseo con toda mi alma”.”
La oración es lo segundo que debes cultivar, porque te permite estar en la presencia de Dios y la presencia de Dios en tu vida para que todo lo hagas bien. Porque amando a Dios sabiendo que vives en su presencia no harás nada que le ofenda y te aleje de Él.
Quien conoce a Dios sólo busca estar en su presencia.
Tu rostro busco Señor y no lo encuentro.
El paso de Dios transforma tu vida. La cambia por completo. Le da sentido.
Lo sé, lo he vivido.
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Te invitamos a conocer la página de nuestro autor Claudio de Castrodonde podrás leer sobre su vida y aventuras en torno al sagrario.