Si lo analizamos, es sólo un pedazo de tela roja… ¿Entonces cuándo se le dotó de una carga tan simbólica que ahora se le considere sinónimo de elegancia? Este domingo son los Premios Oscar y me pareció divertido contarles esta historia que se remonta a cientos de años atrás.
La primera referencia está en Agamenón (la primera obra de la trilogía de la Orestíada, que fue presentada en el año 458 a. C. por Esquilo), donde la esposa del rey prepara la llegada de su esposo de la Guerra de Troya con el despliegue de una gran alfombra roja.
Él incluso dudó en atravesarla porque consideraba que era sólo un mortal y no un dios, lo que le podría traerle mala suerte a su destino. En efecto, fue así, ya que su esposa planeaba su muerte por una venganza; pero el punto es que, desde su origen, a la alfombra roja se le dotó de un carácter de distinción y realeza.
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