En Segovia, el último monasterio de la que alguna vez fuese la orden más grande España, se mantiene en pie gracias a una pequeña gran comunidad
La desamortización española –se lee en una placa en la entrada del monasterio- suprimió la orden de los jerónimos, que entonces se contaban por los cientos, en el siglo XIX. Los monjes entonces terminaron viviendo sus vidas como mejor pudieron, secularizados, dispersos, trabajando en los oficios que pudiesen conseguir.
La orden, exclusivamente hispánica –los casi mil monjes con los que contaban los Jerónimos antes de la desamortización vivían sólo entre España y Portugal, en cuatro monasterios, estrechamente vinculados a sus respectivas monarquías-, y que había vivido en soledad, silencio, contemplación, trabajo y penitencia desde el siglo XIV, sólo fue restaurada, en 1925, en el Monasterio de Santa María Del Parral, en Segovia, por el beato Manuel de La Sagrada Familia, quien moriría fusilado durante la Guerra Civil en Paracuellos del Jarama.
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