La cuenta regresiva para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro ya comenzó. La ciudad aguarda a cientos de deportistas y miles de turistas para vivir uno de los eventos multitudinarios más importantes del año.
Sin embargo, también hay una contracara, pues se acaba de decretar el “estado de calamidad pública” debido a la situación económica que atraviesa esa región de Brasil.
La medida fue tomada el pasado viernes por el gobernador interino de Río de Janeiro, Francisco Dornelles.
“La referida crisis viene impidiendo al Estado de Río de Janeiro honrar con sus compromisos para la realización de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos Río 2016”, señala el comunicado oficial.
A través de este decreto será posible adoptar medidas económicas excepcionales como la obtención de préstamos y la firma de contratos sin necesidad de llamar a concursos públicos.
Sin embargo, el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, afirmó a EFE que el decreto firmado el viernes no tiene nada que ver con los Juegos Olímpicos.
“Las dificultades por las que atraviesa el estado (de Río de Janeiro) no tienen nada que ver con las Olimpiadas, que han permitido hacer muchas cosas en la ciudad”, dijo el alcalde durante la inauguración del Túnel Prefeito Marcello Alencar, el mayor túnel subterráneo de Brasil, situado en el centro de la ‘Cidade Maravilhosa’.
Hasta desde el propio Comité Olímpico Internacional se asegura que este decreto no afectará a los Juegos Olímpicos debido que no hay dependencia para las preparaciones y operaciones en cuanto al desarrollo del evento de ningún financiamiento gubernamental
Pero la realidad indica que faltan días para que comiencen los Juegos Olímpicos y hay una situación de calamidad y para algunos el estado está “paralizado”.
No solo económicos
La crisis que atraviesa Brasil, y en este caso Río de Janeiro, trasciende lo económico. En esa zona del mundo la inseguridad y otros temas sanitarios como la epidemia del dengue virus del zika han generado que todas las miradas cayeran sobre este país.
A esto se suma una serie de escándalos tanto sociales (la violación masiva que conmovió a Brasil) e incluso hechos como los acontecidos con el arzobispo de Río, Orani João Tempesta, fue víctima de la situación de violencia que se vive en las favelas y la guerra con el narcotráfico.
También incide el aumento de los homicidios y robos en las calles, atrasos salariales, huelgas en centros de estudio y cierres de emergencias en hospitales, indica BBC Mundo, al tiempo agrega que a comienzos del mes, el Instituto Médico Legal, que funciona en el centro de Río, llegó a paralizar de forma temporal el servicio de necropsia motivado por una problemática para pagar la limpieza.
Además, nuevos casos vinculados a la corrupción sobre el caso Petrobras que generaron la caída de tres ministros nombrados por el presidente interino de Brasil, Michel Temer. Por ejemplo, el pasado jueves se dio la renuncia del ministro de Turismo debido a las acusaciones en su contra vinculadas al desvío de fondos de la petrolera estatal. Y la ola parece continuar.
La situación que está atravesando Río de Janerio es compleja y merece toda la atención. Pero no es un hecho aislado y se enmarca dentro del contexto de la actualidad que está atravesando Brasil, lo que hace que en definitiva lo que está en juego precisamente vaya mucho más allá que la organización de un evento deportivo cumbre.
Hoy celebramos a...