En el mar, en la montaña o en la ciudad,… Los médicos del Hospital Pediátrico Niño Jesús de Roma elaboraron un pequeño manual para regalar a tus hijos unas vacaciones tranquilas. Con un poco más de atención a las alergias y la alimentación, que nunca debe estar fuera de control.
Aquí hay 7 consejos a seguir que piden los pediatras:
1) Hacer cosas que no estén organizadas
“En el verano hay que dejar a los niños y adolescentes espacios de tiempo libre para que ellos lo manejen como quieran”.
Cristiana De Ranieri, psicóloga clínico del Niño Jesús sugiere: “Los jóvenes vienen de un período súper ocupado, de semanas muy organizadas, marcadas por un calendario muy apretado, tanto para la escuela como para las diversas actividades, como los deportes”.
Cuando llegan las vacaciones, entonces mamá y papá “deberían alejar la ansiedad de llenar necesariamente el tiempo de sus hijos con algo que hacer: darles la oportunidad de gestionarse con mayor autonomía, descanso, dormir, hacer las cosas no organizadas, perder un poco de tiempo para relajarse, y hasta para aburrirse, que significa restituirles una dimensión que ya no conocen”.
2) Incluso los bebés en el avión
Vida al aire libre y movimiento, aprovechando las vacaciones para establecer o afianzar buenos estilos de vida: regularidad y calidad de la alimentación y el sueño.
Alberto Villani, gerente de Pediatría General y Enfermedades Infecciosas, confirma que incluso los niños más pequeños, como los lactantes, pueden volar sin ningún problema. “El único cuidado es hacer tragar al niño (ofreciéndole leche o agua) en el despegue y en el aterrizaje“.
3) Sí al deporte y mucha hidratación
Attilio Turchetta, Jefe de Medicina del Deporte, recomienda a los padres de “tener mucho cuidado con la hidratación de los niños y adolescentes que hacen deportes. Es un consejo que vale para todo el año, pero más aún en verano, cuando el desgaste líquido de parte del cuerpo a través del sudor es muy alto”.
“Los niños -añade- nos comunican con mucha más facilidad la sensación de hambre, y no la de la sed. Así que hay que estar preparados para ofrecerles beber durante el entrenamiento, teniendo en cuenta que un niño de 10-12 años debería beber un vaso de agua cada media hora”.
“Ningún temor al sudor -concluye Turchetta- porque es extremadamente importante para la termorregulación adecuada. Cuanto más entrena un niño, más suda antes y en mayor cantidad. Después del deporte basta sólo una camisa seca para hacer pasar todos los temores de las madres”.
4) Salud de los ojos: basta un gorrito con visera
Luca Buzzonetti, jefe de Oftalmología del hospital pediátrico, confirma que “en condiciones normales, en ausencia de patología en los ojos, los niños pueden ser libres de pasar el día al aire libre sin precauciones especiales”.
“En caso de una exposición prolongada al sol o si se siente un malestar a la luz intensa, simplemente basta protegerlo con una gorra con visera. No hay problema si un poco de polvo, arena o agua salada entra en sus ojos, sólo se tiene que enjuagar con agua fresca y la irritación pasa”.
5) Bien protegido. No a los repelentes
El consejo de la dermatóloga May El Hachem es disfrutar plenamente del sol del verano y evitar el daño con algunas precauciones: usar filtros de alta protección y no exponer a los niños al sol durante las horas más calurosas (11:30-16:30 dependiendo de la latitud y el clima).
Con respecto a las picaduras de insectos, “no hay mucho que hacer para evitarlos”, explica la jefa de Dermatología. “En general se debe evitar repelentes: su utilización combinada a la exposición del sol puede, de hecho, provocar la irritaciones foto-inducidas, debido a la luz solar. Evitar incluso antihistamínicos locales (ungüentos a base de antihistamínicos), porque son fotosensibilizantes.
No tenga miedo, sin embargo, a la pomada de cortisona para las picaduras durante algunos días en la noche, en casa. Mantenga las uñas de los niños bien cortas, impide que se infecten al rascarse”.
6) Pequeños alérgicos. Fármacos al alcance de la mano
“El niño alérgico no puede olvidarse de que es alérgico”, dice Alessandro Fiocchi, jefe de Alergología, recordando a los padres mantener siempre a mano los medicamentos específicos y estar atentos a la dieta y terapias. Entre los destinos de verano ideales para personas con alergias están: las altas montañas, zonas que no circula mucho el polen; el mar cerca de la costa y, en general, los lugares donde el aire es seco. Para los niños con alergias a los alimentos, el Prof. Fiocchi recomienda “prestar mucha atención al buffet de los centros de vacaciones: pueden esconder alergénicos que pueden desencadenar reacciones incluso problemáticas”.
7) El verano significa helado (de vez en cuando)
En verano no se deben perder los buenos hábitos alimenticios, manteniendo el ritmo de las comidas. Para Giuseppe Morino, jefe de Educación Alimentaria del Niño Jesús, las indicaciones son claras: “Los niños y jóvenes deben continuar tomando el desayuno por la mañana, y no levantarse demasiado tarde; una fruta a media mañana y media tarde y un almuerzo cena variada y rica en vegetales “.
“El helado, de vez en cuando, puede ser una buena alternativa a la merienda o una sabrosa alternativa al terminarla cena. Para los niños con sobrepeso -continua el nutricionista- los sabores de frutas, son los más recomendables”. Durante el día, por último, beber mucha agua y evitar las bebidas azucaradas y refrescos.
Hoy celebramos a...