La opinión pública argentina encontró lo que en mucho tiempo no pudo. No se advierte ninguna grieta al escuchar la unánime condena a uno de los hechos más alevosos e insólitos de posible corrupción en el país.
El exsecretario de Obras Públicas de la nación, y actual diputado por el Parlamento del Mercosur José López, fue descubierto por un vecino y la policía queriendo esconder en el predio de una casa de ejercicios espirituales de General Rodríguez, gran Buenos Aires, más de 8 millones y medio de dólares, en distintas monedas: dólares, euros, yenes, y una moneda árabe.
Además, portaba con sí un fusil semiautomático.
La denuncia la hizo un vecino que vio cerca de la medianoche a un hombre ir y venir de su coche arrojando bolsos por encima del muro de la casa, habitada por una comunidad, y luego treparse e ingresar de manera irregular a él, para desde adentro abrir el portón e ingresar el vehículo.
Al ser descubierto, el hombre pidió refugio a las consagradas que allí habitan y en voz alta clamó que había robado para donarles a ellas. Asimismo, ante la presencia de la policía, intentó sobornarla.
En las siguientes horas, una de las consagradas expuso, en conversación telefónica con una radio, que no era la primera vez que veían a López.
“López era muy bueno. Acá venía una vez al año y nos ayudaba. Pero ahora está enloquecido. Venía una vez al año y ayudaba con algo, té, café, cosas así. Dinero nunca trajo. Ahora sí”.
El predio, que cuenta con una casa y un jardín en el que el ex funcionario habría pretendido enterrar el dinero, pertenece a las Monjas Orantes y Penitentes de Nuestra Señora del Rosario de Fátima.
Se trata de una Asociación Privada de Fieles que ha permanecido bajo la autoridad de su fundador, el arzobispo emérito de Mercedes-Luján, recientemente fallecido, Rubén Di Monte.
Di Monte vivió sus últimos años con esta comunidad en esta casa, cuya construcción comenzó en 2013.
En 2014 Di Monte celebró allí sus 60 años de sacerdocio, en una emotiva ceremonia, a la que asistió el mismo López, que en esa ocasión manifestó su afecto por este obispo, compartido además por su jefe el exministro Julio De Vido, también presente.
Este conocía a Di Monte desde años atrás, por el acompañamiento pastoral que le brindó tras la muerte de su hijo.
Durante la gestión de Julio De Vido como ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, se realizaron obras de restauración con fondos públicos en la basílica de Luján.
La basílica se encontraba deteriorada hasta el punto de poner en riesgo la vida de los peregrinos, como se puso de manifiesto en el año 2000 cuando cayó una de las cruces de los campanarios.
Ante los vínculos de evidente afecto que unían al arzobispo emérito fallecido en abril con estos funcionarios denunciados por corrupción con fondos de obras públicas, y el insólito suceso en el que José López quiso esconder exorbitantes sumas de dinero en la casa de la comunidad en la que habitó Di Monte, se vincula mediáticamente con el acto de corrupción a la Iglesia.
Por eso, atenta y aunque incrédula como toda la opinión pública ante lo burdo y absurdo del hecho por el que el político habría querido esconder el dinero en esta casa, la arquidiócesis de Mercedes Luján manifestó su “perplejidad y sorpresa ante esta situación”, y manifestó su disponibilidad a colaborar con lo que la Justicia requiera para “llegar a la verdad de lo acontecido”.
Hoy celebramos a...