Un niño cayó en la jaula del gorila. No en la de los monos saltarines: en la de un espléndido animal que, en su habitat (donde en realidad debería haber estado…) es un dominador de 180 kg de músculo puro. Un niño cae en una jaula y es llevado de un lado a otro por una bestia que, espléndida como es, podría matarlo de un golpe. Uno de los que – probablemente – no vieron ustedes en los videos que circulaban ayer, y que tanta indignación generaron (el que ponemos hoy no tiene cortes interesados: véanlo hasta el final, cómo el gorila arrastra al niño y cómo este grita. ¿Por qué se cortó esta parte?).
Pero lo más impactante fue la reflexión antihumana que se desató en las redes sociales.
Polémica por la decisión de sacrificar a un gorila por proteger a un niño. Opine #LunesSocial de #EdiciónNocturnapic.twitter.com/U8r0aqkRHP
— Univision Noticias (@UniNoticias) May 30, 2016
La muerte del gorila Harambe: ¿tenemos el derecho de matar un animal para salvar una vida… https://t.co/AkSCrKTLvzpic.twitter.com/5wjxIPZByy
— Xataka México (@XatakaMexico) May 31, 2016
https://twitter.com/SandritaDiaz1/status/737491976220614658
sigo triste por la muerte del gorila MALDITA SEA HUBIERAN MATADO AL NIÑO
— 𝖘 𝖔 𝖋 𝖙 (@AySoff) May 31, 2016
https://twitter.com/fcojperez/status/737672701758869509
¿Acaso los accidentes no existen? Suceden, y ante el dilema moral que se plantea, ¿cómo es posible que la vida de un gorila sea más importante que la de un niño? ¿De qué cultura deriva este odio hacia el género humano como especie? Es verdad, como recuerda el Papa Francisco, que el hombre ha descuidado su papel de custodio de la naturaleza – y lo pagaremos caro – pero esto no significa que la vida de un gorila y la de un niño estén al mismo nivel como pretenden ciertas subculturas animalistas.
De hecho, conocemos el nombre del gorila, se llamaba Harambe y se ha creado incluso una fundación ad hoc para “defender sus derechos”. ¿Sabe alguien como se llamaba el niño? ¿Acaso no tiene nombre? La policía de Cincinnati ha confirmado que el niño resultó herido…
Esta falsa piedad, que justifica incluso el aborto, el infanticidio y la extinción de la especie humana, y condena la muerte de las ballenas, va contra la razón y el sentido común más elemental. Si la cría del gorila hubiera caído en la jaula de las hienas, ¿habríamos justificado que el gorila las matara para salvar a su pequeño? ¡Seguro que sí!