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Normal y ordinariamente la comunión se tiene que dar, sin importar que sea un día ferial o festivo, única y exclusivamente bajo la especie eucarística del pan.
Es decir el modo ordinario de administrar la comunión sigue siendo bajo el pan consagrado (Canon, 925).
Y bajo las dos especies eucarísticas solamente en casos muy especiales, “en los casos previstos”, dice la Instrucción del misal romano (85).
¿Cuáles son los casos previstos?
“La Comunión bajo las dos especies se permite, además de los casos expuestos en los libros rituales:
a) A los sacerdotes que no pueden celebrar o concelebrar el sacrificio;
b) Al diácono y a los demás que desempeñan algún ministerio en la misa;
c) A los miembros de las comunidades en la misa conventual o en la denominada “de comunidad”, a los alumnos de los seminarios, a todos los que se dedican a los ejercicios espirituales o participan en una reunión espiritual o pastoral.
Decisión del obispo
El obispo diocesano puede establecer para su diócesis las normas acerca de la comunión bajo las dos especies, que también han de observarse en las iglesias de los religiosos y en pequeños grupos.
A este mismo obispo se le da la facultad de permitir la Comunión bajo las dos especies cuantas veces esto le parezca oportuno al sacerdote, al cual, como pastor propio le está encomendada la comunidad, con tal de que los fieles estén bien instruidos y que esté ausente todo peligro de profanación del sacramento, o que el rito se torne más dificultoso por la multitud de participantes, o por otra causa.
En cuanto al modo de distribuir a los fieles la sagrada Comunión bajo las dos especies y a la extensión de la facultad, las Conferencias de Obispos pueden dar normas, una vez aprobadas las disposiciones por la Sede Apostólica” (IGMR, 283).
Otros momentos especiales en los que se reserva la comunión bajo las dos especies son: matrimonios, profesiones religiosas, quienes comulgan por primera vez, los que son confirmados (Constitución Sacrosanctum Concilium, 55), etc.
En todo caso “para administrar a los fieles laicos la sagrada Comunión bajo las dos especies, se deben tener en cuenta, convenientemente, las circunstancias, sobre las que deben juzgar en primer lugar los obispos diocesanos«.
Circunstancias en que descartar repartir el vino
Se debe excluir totalmente cuando exista peligro, incluso pequeño, de profanación de las sagradas especies.
«Para una mayor coordinación, es necesario que la Conferencia de Obispos publique normas, con la aprobación de la Sede Apostólica, por medio de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, especialmente en lo que se refiere ‘al modo de distribuir a los fieles la sagrada Comunión bajo las dos especies y a la extensión de la facultad».
Instrucción Redemptionis Sacramentum, 101
Una posibilidad, no una obligación
Es importante que los fieles tengan en cuenta que comulgar bajo las dos especies, aunque se permita, no es obligatorio ni necesario para comulgar bien.
¿Por qué no es necesario ni obligatorio?
Porque quien comulga con el pan consagrado recibe a Jesucristo completo: cuerpo, sangre, alma y divinidad; así como también quien sólo comulga bajo la especie eucarística del vino (por ejemplo celíacos).
Al comulgar bajo las dos especies no se recibe más a Jesucristo, como tampoco al comulgar bajo una especie se recibe menos a Jesucristo; solo la forma de comulgar es diferente.
Comulgar bajo una sola especie es recibir a Cristo entero, porque Dios es indivisible.
Algunas aclaraciones
Hay pues una conexión inseparable entre las dos especies eucarísticas, es lo que en teología se llama la doctrina de la concomitancia.
También hay que tener en cuenta que comulgar bajo las dos especies no quiere establecer diferencia entre los fieles.
No se piense, pues, que una persona sea más que otra o más buena que otra o más importante que otra porque comulga bajos las dos especies.
Ante Dios todos somos iguales.
Motivos prácticos
Las motivaciones para que ordinariamente sólo se dé la comunión a los fieles bajo la especie del pan responden a cuestiones prácticas.
Se comulga solo el pan para agilizar la misa, evitar el derramamiento accidental de la Sangre de Cristo, por higiene (para evitar que todo el mundo ponga su boca en el mismo cáliz), etc.
En todo caso, hay que evitar también dar la comunión bajo la especie eucarística del vino sobre todo cuando:
· Las circunstancias no permitan asegurar la justa reverencia hacia la Preciosa Sangre.
· Se prevé que los que van a comulgar son tantos, que sería difícil la Comunión bajo las dos especies en forma segura y ordenada.
· La presencia de fieles es tan incontable y tan diversa que es prácticamente imposible saber si ellos están instruidos lo suficiente sobre cómo recibir la comunión bajo las dos especies.