Durante la COP21, el problema de la gestión de residuos se pone sobre la mesa para luchar contra el cambio climático
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Es una vocación que descubrió casi por casualidad. Patrick Deixonne era un aventurero como los demás. En 2009, decidió emprender la travesía del Atlántico remando, en un paisaje que esperaba virgen de la huella de los hombres.
En pleno mar, golpeado por un gran trozo de plástico, descubrió una impresionante polución. De este choque, mantiene la promesa de no permanecer indiferente a ese desastre.
Así creó la Expedición al séptimo continente en 2013. La idea es hacer balance cada año sobre la polución en el mar y sensibilizar a la opinión pública sobre este fenómeno.
¿Por qué “séptimo continente”? Porque la invasión de los plásticos en los mares es tan grande que se extiende hoy en día sobre una superficie equivalente a seis veces la de Francia.
Una aterradora sopa de plástico en los océanos
En 2013, la primera Expedición al séptimo continente volvió a tierra con una constatación alarmante: “Imagine toneladas de piezas de plástico flotando en medio del océano, unidas en una inmensa placa de desechos por las corrientes: una aterradora sopa de plástico”, recuerda Patrick Deixonne en su entrevista concedida al Huffington Post en junio.
Atrapados en esta maraña de plástico gigante, miles de animales mueren en la superficie del mar, pero también en los fondos marinos.
“Se avanza en un vertedero habitado”
Otros sobreviven pero son amenazados cada día: “Yo estaba muy sorprendido por la cantidad de animales y por la vida en el giro (es decir, en los torbellinos situados en medio del océano): delfines, mamíferos que se desplazan en medio de mucha polución”.
“De hecho, se avanza en un vertedero, habitado. Y es chocante”, relata un participante de la Expedición al séptimo continente del año 2015.
Se habla de plásticos en los océanos pero ¿de dónde vienen? ¿De barcos que han perdido su carga? ¿De la polución de las costas?
En torno al 80% de los desechos acuáticos provienen del interior de las tierras, según el Ocean Report producido por Greenpeace.
Producido cerca de nuestras ciudades, el plástico es transportado por el viento o el curso de las aguas antes de desembocar en los océanos. Y termina su vida en lo que se llaman giros. Todos los plásticos de los seis continentes reunidos se juntan por tanto en una nueva tierra, creada por la polución.
La idea genial de un joven de 19 años para descontaminar los océanos
La constante trágica de esta polución en los océanos tiene solución. Un joven holandés de 19 años, Boylan Slat, presentó un proyecto fuera de lo común en 2014: instalar un “embudo gigante” para filtrar y extraer los desechos plásticos, lo que permitirá a los animales pasar por ahí sin recibir directamente el impacto.
Su idea nació en 2011 mientras se bañaba en Grecia y quedó impactado por el número de plásticos flotantes encontrados, más predominantes que los peces.
Su sistema podría drenar el Océano Pacífico de la mitad de sus desechos, es decir, 70 millones de kilos en diez años.
Hoy Boylan Slat se prepara para organizar una recogida de fondos de 2 millones a través de una plataforma de crowdfunding para llevar a cabo su proyecto.
¡Una idea a seguir!
Por Marie Lorne