Está muy avanzada la solicitud al Papa Francisco para que el beato Ramon Llull (Raimundo Lulio), cuya fiesta se celebra el 27 de noviembre, sea canonizado y declarado doctor de la Iglesia.
En caso de que llegue a buen término, esta gran figura del siglo XIII se convertiría en el primer laico casado con hijos declarado doctor de la Iglesia, según informó el obispado de Urgel.
Nacido en Palma de Mallorca alrededor del año 1232 y fallecido en 1316 (no está muy claro si en Túnez o en aguas del Mediterráneo), era conocido en la universidad como el Doctor Iluminado.
Próximo a los franciscanos, era teólogo, misionero, filósofo, poeta, profesor, místico,… un gran erudito que escribió numerosas obras (260 títulos) y soñaba con la evangelización del mundo entero.
Lecciones medievales de diálogo con los musulmanes
Se comprometió profundamente con la conversión de los no creyentes, principalmente los musulmanes, no con las armas sino con los argumentos, el testimonio y la adopción estratégica de elementos culturales islámicos y árabes.
Precursor del diálogo interreligioso, escribía y hablaba árabe, adoptaba fuentes islámicas y se esforzaba para que el occidente cristiano se interesara y aproximara a la cultura árabe.
De hecho, más de la mitad de su obra estaba dirigida a un público árabe musulmán. Viajó al norte de África y a Oriente Medio. En un contexto medieval, escribió: “Los infieles son personas como nosotros”.
En su obra Liber de participatione christianorum et sarracenorum, Llull invitaba a “que cristianos bien instruidos y conocedores del árabe vayan a Túnez a mostrar la verdad de la fe y que musulmanes bien instruidos vengan al reino de Sicilia a disputar con sabios cristianos sobre su fe”.
Y añadía: “Quizás de esta manera, si esta práctica se generalizara por todas partes, podría conseguirse la paz entre cristianos y sarracenos, en lugar de que los cristianos vayan a destruir a los sarracenos y los sarracenos, a los cristianos”.
Llull realizó también una gran contribución cultural (especialmente en relación con la lengua catalana) y a la filosofía del lenguaje y la informática, por lo que muchos ingenieros lo veneran como patrón.