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La Inquisición a examen: lo de menos es cuál fue más dura

Scene from an Inquisition – Francisco Goya – es

© Public Domain

Enrique Chuvieco - publicado el 26/02/14

Juan Pablo II calificó de “antitestimonio cristiano” usar métodos de intolerancia para defender la verdad

Algunos hombres de Iglesia se opusieron a aquellos tribunales en los que los acusados debían demostrar su inocencia, frente a ataques espurios, muchos de ellos. Según Juan Ignacio Pulido, profesor de Historia de la Universidad de Alcalá de Henares, se incoaron entre 150.000 y 200.000 procesos en todos los territorios de la monarquía española, de los cuales en torno al 5 por ciento terminaban en condena a muerte y en otros la confiscación de los bienes del reo.

Para el educador complutense, que acaba de publicar La Inquisición española. Historia de una institución, en Digital Reasons, no tiene mucho sentido dirimir cuál de las inquisiciones (católica, calvinista, protestante…) fue más benigna “porque no creo que ninguna esté en condiciones de entrar en este tipo de competición”. Juan Pablo II y Benedicto XVI pidieron perdón por su existencia.

-¿Qué razones motivaron la creación de la Inquisición en España y cuáles fueron las que pusieron fin a su actividad?

Las razones que llevaron a la creación de la Inquisición española a finales del siglo XV fueron los graves conflictos sociales y políticos que existían en España desde un siglo antes a causa de la gran cantidad de convertidos del judaísmo al cristianismo. Los conversos eran objeto de una enorme tensión y de un continuado hostigamiento por la sospecha que existía sobre la sinceridad de su conversión y de su fe cristiana. En el aire pesaba la idea de que muchos de ellos eran en realidad judíos que aparentaban ser cristianos y este hecho era motivo de graves y continuados conflictos.

Los reyes Isabel y Fernando entendieron que aquel problema era una bomba en los pies de la nueva monarquía que estaban levantando en los inicios de la modernidad, pero no podían entrar directamente en esta cuestión porque aquello era un problema de fe, reservado a los jueces eclesiásticos. Por este motivo, principalmente, se decidieron a pedir al papa la autorización de crear una institución que juzgase causas de fe pero que estuviera bajo su control político. Así nació la llamada nueva inquisición.

-¿La Iglesia opuso algún tipo de reparo para formar parte de estos tribunales?

Siempre hubo resistencias y críticas por parte de algunos hombres de iglesia a estos procedimientos inquisitoriales. Se denunciaron, incluso los abusos cometidos. Sin embargo, el clima general en la sociedad durante aquellos siglos era favorable a esta institución, la cual gozaba de mucha popularidad por luchar contra uno de los males más temidos, como era la herejía. Buena parte de los hombres de la Iglesia compartían esta misma mentalidad y en este sentido se sumaron en su apoyo.

-¿Disponían los enjuiciados de garantías procesales?, ¿qué pruebas debían presentar los acusadores para erigir un tribunal inquisidor?

El procedimiento inquisitorial, muy regulado, dotaba al acusado de algunos mecanismos para su defensa, como era disponer de un abogado y de la posibilidad de denunciar a los testigos de cargo. Sin embargo, el derecho procesal de los siglos pasados partía de presumir que el acusado era culpable y que a él le correspondía demostrar su inocencia. No resultaba fácil, ya que en la mayor parte de los procesos los abogados de la defensa se limitaban a aconsejar al reo que colaborase con los inquisidores en la denuncia de todo lo que supiera, incluso aquello que pudiera ir en su contra. Algo muy distinto al sistema procesal que existe hoy día en los países de nuestra órbita. Además, el sistema procesal inquisitorial buscaba eliminar todo tipo de resistencia que pudiera impedir la colaboración del reo con los inquisidores.

-¿Qué tipos de delitos perseguían y cuáles eran los castigos infringidos?

La variedad de delitos perseguidos que podían entrar dentro de la categoría de la herejía eran muchísimos. En principio, estaban los que podríamos llamar "herejías mayores": judaísmo, islamismo o las distintas corrientes de protestantismo. Pero además había una amplia variedad de creencias que afectaban a las costumbres que podían ir contra la doctrina y moral cristianas. Defender de manera abierta estas creencias podía hacer que se incurriera en el delito de herejía y en consecuencia ser castigado por los tribunales de la Inquisición.

En lo referido a los castigos, se buscaba sobre todo corregir y enseñar, por lo que la sentencia más corriente fue la de reconciliación, que devolvía al reo a la comunidad. Los castigos tenían un objetivo ejemplarizante para el conjunto de la comunidad. De ahí que se insistiera en la publicidad de los castigos y que no se escondiera la violencia de los castigos infringidos, algo común a todos los procedimientos de la época, también los existentes en los tribunales de civiles.

-En sus 350 años de existencia ¿a cuántas personas condenaron a muerte, trabajos forzados u otro tipo de penas privativas de libertad o de confiscación de bienes?

Es muy difícil precisar las cifras porque las fuentes documentales que existen en los archivos no son completas. Algunos autores recientemente han calculado que en los 350 años hubo entre 150.000 y 200.000 procesos para todos los territorios de la monarquía, que se extendían por varios continentes. Casi la totalidad de los procesos terminaban con una sentencia de reconciliación para el reo y la proporción de sentencias a muerte sería de menos de un 5% aproximadamente, variando mucho por épocas. 

El castigo a trabajos forzados, remando en las galeras del rey sobre todo, fue poco frecuente, pero existió, especialmente en épocas en las que se necesitó aumentar las armadas por motivos de las guerras. La confiscación de bienes se aplicaba de manera casi automática contra todos los reos que fueran sentenciados como culpables de herejías mayores. Debe tenerse en cuenta que la inquisición se financiaban principalmente por medio de estos bienes confiscados al culpable.

-Si la comparamos con otras inquisiciones de otros países, ¿cree que la española fue más o menos benévola en sus veredictos?

La tentación de comparar a unas inquisiciones con otras ha estado siempre muy presente entre los que se han interesado por el tema. En algunos países la herejía era perseguida por otro tipo de tribunales, aunque no existiera una inquisición como en España, Portugal o Italia, y castigada de forma tan violenta o más si cabe. Hay además grandes diferencias según nos refiramos a uno siglo u otro. En resumen, no me atrevería a responder en favor de un país u otro, y tampoco creo que ese sea el asunto más importante, aunque siempre haya existido una especie de competición entre naciones para saber cuál ha sido en la Historia mejor o peor. No creo que ninguna esté en condiciones de entrar en este tipo de competición.

-El papa Juan Pablo II y Benedicto XVI pidieron perdón por su existencia, ¿cuál cree que es el juicio de Jesucristo sobre ella?

No cabe duda que como dijo el papa Juan Pablo II la Inquisición fue una forma de antitestimonio cristiano. Algo que choca con el mensaje de Cristo.

Tags:
benedicto xvihistoriaJuan Pablo II
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